domingo, 26 de julio de 2009

GENTE EN UN PRIMER DIA DE VACACIONES


Era tan solo un chico francés perteneciente a otra excursión más.


Estaban todos reunidos frente al Hostal Juvenil, gastándose bromas, unos sin camiseta y exhibiendo ante las chicas su físico, antes los chicos su poderío y fortaleza, otros más pudorosos dejando al descubierto únicamente lo imprescindible.

En cualquier caso no eran sino un buen montón de piernas delgadas, cuerpos fibrados, camisetas de última moda, pantalones cortos y peinados en punta haciendo las gracias tan típicas de su edad, en plena ruta del modernismo, salvo él claro, que debido a su enorme tamaño, a su peso, probablemente sobrepasaba los cien kilos, subido a una especie de carrito eléctrico iba de un lado a otro sin encontrar a nadie a quien juntarse.

No podía andar y estaba un poco al margen del resto de su clase, gracias a sus piernas blancas y llenas de pelo en contraste con la de la mayoría de ellos, bronceadas y depiladas, a una vieja camiseta de Ac/Dc y su cara sobre todo de querer marcharse de allí.


Llegó la estampida de repente, un profesor se puso en marcha y entonces todos detrás suyo le siguieron. Aquella excursión cruzó el semáforo, ya no ocupaban la terraza de aquella heladería, tenían tantas cosas que ver.


El chico zigzageo un poco con el carrito en plan broma y se paró en seco en plena calzada ya que el semáforo se le acababa de poner en rojo delante de sus propias narices, justo cuando se disponía también a cruzar.

Sus compañeros , desde el otro lado, no es que se pusieran entonces a reirse directamente de él, aunque la escena tampoco es que fuera muy diferente.

Aquel engendro mecánico que le posibilitaba el moverse de un lado a otro parecía haberse estropeado por el calor.

Una profesora y una chica se ofrecieron como voluntarias para ir a su rescate, el resto del grupo no podía perder el tiempo y por eso subían ya por la calle , camino a su primera visita de la tarde.







Era un hombre gordo, de unos cuarenta años, con gafas de diseño, pantalones cortos GStar y una ajustada camiseta negra. Estaba sentado en la hamburguesería junto a su hijo de cinco o seis años, muy rubio y delgado( su madre de la que llevaba un año separado era alemana) y la chica cubana que cuidaba del pequeño entre semana, hasta que sobre las siete él llegaba a casa procedente de la oficina.


No dejaba de hablarle a ella de su trabajo, de su enorme responsabilidad, de la ineptitud de la gente con la que tenía que tratar. La chica hacía como que escuchaba. No era justo que alguien cobrara tanto haciendo mucho menos que él, que alguien se pudiera comprar un 4x4 de setenta mil Euros mientras que él como máximo pudiera permitirse un Vw Passat.


La chica en ese momento volvió a advertírselo de nuevo, el crio estaba cansado de estar allí, quería ir a jugar al parque que había fuera del centro comercial, él pareció captar la indirecta al fin.


Nos vemos allí les dijo una vez que tiro el contenido de la bandeja a un cubo de la basura.

Unas cuantas servilletas de papel sucias, tres vasos de cartón y un par de hamburguesas a medio terminar –pensó- casi diez euros.

Nos vemos allí -volvió a repetirles- en un minuto , voy al baño.


Pensó en las enormes tetas de piel oscura que probablemente ella tendría nada más sacársela fuera. Se imaginó a si mismo follándosela dentro del coche, a ella con su polla dentro de la boca, a él penetrándola brutalmente por detrás. Ni siquiera se le puso dura del todo pero en unos pocos segundos se corrió. El corazón parecía querer salírsele del cuerpo, le iba a reventar la cabeza a golpes si era necesario.


Se mojó la cara y encaminó sus pasos hacia el parque.

Una vez llegado alli se subió al crio sobre sus hombros yéndose a continuación los tres hacia el aparcamiento.

¿Por qué no le dices a Marta que si viene mañana con nosotros al cine? le dijo nerviosamente a su hijo, sabiendo de sobras que aquella pregunta iba más dirigida a la chica cubana que cuidaba de él que a su pequeño.

-Imposible Javi, mañana domingo es el dia libre de Marta -contestó ella sin dejarle casi terminar su frase, también mirando al pequeño pero sabiendo perfectamente a quien si y a quien no tenía que dirigir sus palabras.






Era alguien perfecto. Vestido por completo de blanco y a la puerta del Corte Inglés promocionando un perfume. Nuestras miradas coincidieron. Pensé toda la noche en él.


Estábamos los de siempre más EDGEOFSEVENTEEN.


Cada vez que quedo con él empiezo a tener ya la sensación de que hemos hecho todo lo que se puede hacer, nos hemos dicho todo lo que nos podemos decir.


Todos acabamos muy borrachos y EDGEOFSEVENTEEN como siempre enganchado de mi cuello y dejando demasiado al descubierto sus sentimientos ante el resto.


Me la comió luego de maravilla ,como de costumbre, cerca de las seis en los baños de Sants y antes de separarnos, pero si, no pude evitar ponerme a pensar en él mientras EDGEOF SEVENTEEN me lo hacía ; vestido por completo de blanco, a la entrada del Corte Inglés, promocionando un perfume de Lancome.

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