martes, 16 de junio de 2009

YO TENGO NOVIO


Abro los ojos.

Me doy la vuelta y tumbado sobre la cama me encuentro mirando al techo.

Y puede, solamente puede insisto, que la pasada noche haya sido una de esas noches en las que necesito que alguien me abrace fuertemente, me bese, que los dos construyamos nuestro propio mundo frente al mundo de los demás, al mundo triste y gris de la mayoría de los días.

Sin embargo me he tenido que aguantar. He perdido tres horas completamente desvelado repitiéndome eso de “yo tengo novio” , “yo tengo novio”.

Solo es eso.




Extiendo la toalla sobre la arena.

Mis ojos buscan eso que siempre buscan.

Los chicos, esos que de verdad son chicos y no un unas niñatas cualquiera, mientras, se despiden e inician su camino ascendiendo entre las rocas que hay en el extremo de la playa, ese del restaurante y el chiringuito para ser más exactos. Unicamente vestidos con sus ajustados bañadores, gritándose, exhibiendo sin ser muy conscientes de ello sus cuerpos perfectos, inasequibles a cualquier desaliento.

Pronto les veo lanzarse desde lo más alto del acantilado uno tras otro y acercarse pocos segundos más tarde a la playa empujados por las fuertes olas. Incluso a uno de ellos se le baja tanto el bañador que me permiten verle aquello que tanto deseaba poder verle.

Las chicas que los han conocido esa misma mañana y que se los han estado rifando entre ellas durante su ausencia les reciben entre gritos y sonrisas.

Y yo me moriría -pienso- por un centímetro cuadrado de su piel, de sus labios.

Ben Watt toca el solo de guitarra de “night and day”, Tracey espera para seguir cantando.

“Y yo me moriría por un centímetro cuadrado de su piel, de sus labios aunque yo tengo novio, yo tengo novio”



Observo las vistas desde mi habitación un año más.

Apenas han cambiado, el pueblo abajo del todo, encajonado entre las montañas, junto a las vías del tren.

Una música machacona proveniente de una fiesta de algún chalet de abajo pone la nota discordante a la tranquila en apariencia tarde de domingo.

Espero ese mensaje suyo que finalmente llega cerca de las cinco y media de la tarde y rápidamente bajo a la estación para no perder el próximo tren. Mi cabeza va muy deprisa, demasiado, y por eso en el Mc Donalds de Paseo de Gracia , en su baño, me quito la ropa interior guardándola en la mochila, me vuelvo a poner los bermudas color rojo. A él le encanta notar que no la llevo encima y es que “yo tengo novio”, “yo tengo novio”.





Mi vida ahora es muy diferente.

Desde hace pocos días trato de ver las posibles ventajas del “yo no tengo novio”.

El chico de diecisiete años de los dos últimos fines de semana es el que ahora me espera y yo soy de repente el que manda los mensajes, el que marca los tiempos.

He pasado de las aburridas discusiones de los amigos de MINUSZERO acerca de la treintena y los viajes a Ibiza, a la insistencia de él, EDGEOFSEVENTEEN para que vaya a su fiesta de cumpleaños, la de su mayoría de edad, a principios de Julio.

Ahora es mi habitación en Barcelona la que nos acoge, la casa de la playa está ocupada, todo lo contrario que este invierno. Ahora no nos morimos de frio , siempre acabamos por poner el ventilador pese a estar desnudos, o casi.

Atrás ha quedado la mentira de estos últimos meses ,“yo tengo novio”, “yo tengo novio” , habiendo siendo sustituida por otra nacida por la velocidad por decirlo asi con que EDGEOFSEVENTEEN y yo nos conocimos una tarde de viernes.

“Acabo de cumplir diecinueve”, “Acabo de cumplir los diecinueve” , frente a la realidad que no es otra que acabo de cumplir los veintitrés.

En cualquier caso tampoco importa demasiado, el verano está empezando y por primera vez en mucho tiempo soy favorito, parto con ventaja sobre los demás, tengo un lugar privilegiado y a alguien perfecto para esta vez poder sacarle todo el jugo posible.

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