lunes, 2 de marzo de 2009

COSTUMBRES ADQUIRIDAS


Tan solo fue otro viernes mas.


Quedamos donde siempre y de nuevo volviste a aparecer con cinco minutos de retraso, sonriente, entre la oscuridad, un clavo ardiente al que agarrarme, al que sujetarme con fuerza como si , en serio, la vida me fuera en ello.


Poco después estábamos ya los dos muy pegados el uno al otro, dentro de un cajero próximo al que habias acudido para sacar dinero, yo situado a tu espalda, observando tu pequeña cabeza, el mundo tal y como se ve a traves de tus gafas.


De repente sentí como si mi cuerpo y el tuyo estuvieran unidos por un buen numero de tubos. De alguna forma tu me dabas la vida, eras como una de esas maquinas que en los hospitales respiran por ti, te limpian la sangre, en resumidas cuenta te mantienen a flote. En el momento en que te separes de mi -pensé mientras contabas el dinero- rompas, mi vida rapidamente se extinguirá, no habrá ya posibilidad alguna.



Tu ya conoces todas mis manias a la hora de cenar y yo ya se distinguir tu coche entre los demas coches del parking.


Yo ya se que lo vas a intentar y por eso es que la encuentras siempre dura cuando me la tocas por las escaleras de bajada.


Tu ya sabes lo que me gusta sentirme deseado,que me digas que te cuente todo lo que yo he
hecho en ese baño con desconocidos antes de ti. Tu ya das por supuesto, desde luego, conoces de antemano , que la mitad de esas historias que te cuento son historias inventadas, historias que tan solo hacen que todo sea mejor y más excitante para los dos.



Hubo un tiempo en que tenia que indicarte como llegar a Garraf y más concretamente al chalet de mis padres. Un tiempo en ue hasta teníamos que parar antes de llegar al mismo ,nada más salir de la autopista, porque te apetecía volver a comérmela.


Hoy, casi un par de meses después, sigo pensando lo mismo , que cada noche de viernes con los dos recluidos en mi pequeña habitación, la única habitación de la casa a una temperatura aceptable, y abrazados bajo la cama sigue justificando en gran parte el resto de mi semana, hasta un poco la vida si quieres.



No importa lo que esté por llegar, o el que mis padres un sábado por la mañana nos puedan pillar,no importa. Te diría incluso que hay veces de madrugada, a punto de quedarme ya dormido a tu lado, nada más iniciarse el fin de semana, en que de repente el próximo lunes me ha parecido algo tan lejano, tan irreal, que era casi como si nunca fuera a llegar, menuda estupidez ¿no?.




Solías levantarte siempre con ganas de follarme. Insistías siempre para que te dejara y sigués haciéndolo. Cansados luego dormíamos hasta mediodía casi, en que los dos volvíamos a Barcelona. Las últimas semanas sin embargo te ha surgido algo, al menos eso me has dicho, y por eso nada más levantarte has tenido que marcharte, dejándome desnudo bajo las sábanas, pidiendo a gritos toda esa acción que antes si que me dabas.






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